Hola Bienvenidas a mi Blog!! mi nombre es Laura
Este blog esta en OBRAS
Aqui encontrareis ideas inspiradoras para tu Baby Shower o Fiesta de Pañales.... Ideas para decorar el cuarto del BB, Muchos Tutoriales para que puedas hacer cosas bonitas para tu Bebe y sobre todo podras ver los productos que fabrico especialmente para ti....

Sigueme en Mi Canal de Youtube

Semana 25 a 40

Semana 25 de Embarazo

Mamá:

En el embarazo tu volumen de sangre aumenta, pero el número de glóbulos rojos es menor, por lo que en ocasiones se produce un tipo de anemia denominado anemia fisiológica, lo que es habitual en el segundo y tercer trimestre de gestación. Tu doctor realizará un análisis para comprobar si posees anemia, y si es así, posiblemente te recetará un suplemento de hierro.
Debido al aumento de tus hormonas sexuales, denominadas andrógenos, es posible que sufras un aumento del vello corporal, éste puede que se presente de manera más abundante en el labio superior, la barbilla, la mandíbula, e incluso en tu barriga y tus pechos. No obstante, esto es algo pasajero y se normalizará cuando des a luz. En este período tu pelo se advertirá más brilloso y abundante que antes, ya que existe una disminución de su caída.
Has subido mucho de peso y es usual que comiences a sentir malestares propios de tu estado, a nivel pubiano, en la columna o las articulaciones. Por lo general, son incomodidades llevaderas, debes tomarlas con calma y considerar además que existe un lapsus de adaptación.
Tu bebé ahora presiona más tu vejiga, por lo que vas a tener un mayor deseo de orinar, y además sentirás ganas de tomar líquido durante todo el día. Experimentarás dolores en la pelvis, producto del mayor tamaño de tu hijo y el ensanchamiento del útero. Asimismo, sentirás mucha picazón, dado al estiramiento de tu piel. También es posible que tu médico te pida un examen de glucosa, que se solicita entre las semanas 24 y 28.
Es recomendable que realices ejercicios, en la medida que sea posible. Si sientes cansancio, falta de aire, fatiga o algún dolor inusual, es mejor que no hagas ningún esfuerzo físico. Tu cuerpo ha cambiado mucho, por lo que no le puedes exigir lo mismo que antes. Intenta no recostarte de espaldas por mucho rato, ni realizar ejercicios en que puedas desestabilizarte. Procura hidratarte lo suficiente y comenzar siempre con una rutina liviana.

Bebé:

Tu bebé mide alrededor de 30 centímetros y pesa entre 680 y 800 gramos. Ya siente todos los sonidos que lo rodean, suele asustarse con ruidos demasiado fuertes o se motiva con algún tipo de música; es recomendable que escuche música clásica por las noches, pues según estudios esto impulsa un mayor desarrollo. Además estos sonidos lo tranquilizarán luego de que nazca, ya que le serán familiares.
Los ojos de tu bebé ya poseen pestañas, pero su color no se ha definido completamente, ya que requieren luz para terminar de desarrollarse, por ello es común que sus ojos cambien después de nacer. Investigaciones recientes han señalado que la tonalidad de los ojos está determinada por varios genes, por lo no se puede definir sólo con ver los ojos de los padres.
 Con el tiempo irá creciendo y aumentando de peso, y su piel se verá más lisa. Su aspecto se nota cada vez más normal, tiene cabello en su cabeza, y ya ha tomado color y textura, aunque irá cambiando después de nacido.
Tu bebé ahora escucha mucho más, las ondas sonoras se transportan con más velocidad por el líquido amniótico que por el aire, además su oído está mucho más desarrollado. De esta manera, ahora puede notar todo lo que sucede en su entorno, y percibe perfectamente los sonidos que emite tu cuerpo, así también los que el mismo produce al desplazarse por tu útero. Esto establece una estrecha relación entre padres e hijos, luego de nacer.

Tips:

Procura compartir esta vivencia con tu pareja. Es frecuente que el papá quede fuera de las decisiones en torno al bebé, pues tú estás muy inmersa en este proceso, pero es importante escuchar sus opiniones, y hacerlo partícipe del embarazo.


 

Semana 26 de Embarazo

Mamá:

En este período tu presión sanguínea subirá hasta alcanzar el nivel que tenías antes del embarazo; entre las semanas 22 y 24 tu presión llega a su estado más bajo. Tu piel se está estirando más de lo normal, y es posible que sientas picazón. Asimismo, notarás molestias en la pelvis, pues tu bebé está desarrollándose con rapidez y tu vientre está creciendo.
Es habitual también que en esta etapa sufras de estreñimiento, cerca de la mitad de las mamás lo padecen. Tu sistema digestivo funciona con más lentitud, y el peso de tu útero aprieta tu recto. Además las pastillas de hierro ayudan a esta situación.
Has subido considerablemente de peso, sobretodo en la zona de tu trasero y tu guatita. Debes cuidar tu postura, el peso de tu vientre hace que arquees tu espalda, pero es recomendable que te pares derecha y mantengas una posición adecuada.
Es primordial que estés informada acerca de la preeclampsia, que por lo general aparece en el último trimestre del embarazo. Sin embargo, esta afección es poco usual, y afecta a tres de cada siete mujeres embarazadas.
Esta enfermedad te producirá una serie de molestias. Por la retención de líquido puede que experimentes un inusual aumento de peso, hinchazón de manos y rostro; además tendrás visión borrosa, dolores de cabeza inesperados, incluso dolores constantes en la zona superior del cuerpo.
Si sientes cualquiera de estos síntomas debes consultarlo de inmediato con tu doctor. De todos modos, se diagnostica en los controles médicos, por medio de la toma de presión y un examen de proteína en tu orina. La preeclampsia es una enfermedad muy peligrosa y su identificación temprana es esencial para tu salud y la de tu bebé.

Bebé:

Tu hijo mide 33 centímetros aproximadamente y pesa alrededor de 900 gramos. Está renovando su piel con rapidez, y ésta ya no es tan transparente, aunque aún es muy delicada y está protegida por la vermix, una capa grasosa que la separa del líquido amniótico.
Después de mantener sus ojos cerrados para el desarrollo de su retina, en este período tu bebé empieza a abrirlos y ya ensaya el ejercicio de parpadear. El desarrollo de sus nervios permite que tenga más reacciones hacia lo que siente en su exterior, y como un modo de protección estira sus brazos y piernas al oír ruidos muy fuertes. De igual manera, está practicando su respiración para cuando nazca.
Ahora se moverá mucho más que antes, ya muestra reflejos como los de succión y se le puede ver chupando sus dedos con frecuencia. Pasa la mayor parte del tiempo durmiendo, por ello cuando despierta está más alerta y cuenta con más vigor que antes. También comienza a ingerir líquido amniótico, lo que permite que su sistema digestivo se vaya desarrollando.
Tu bebé empieza a aumentar rápidamente de peso y acumula grasa. Esto le ayudará a adecuarse a la temperatura exterior cuando nazca, y tendrá más fuerzas y calorías al comienzo de su vida. Aunque es usual que los recién nacidos, y generalmente los que toman leche materna, bajen de peso en su primera semana.

Tips:

En este período es posible que tengas sueños extraños. Los sueños premonitorios te mantendrán despierta, o te impedirán dormir con tranquilidad. Puede que sueñes con la llegada de tu hijo, o tal vez la etapa de la crianza.


Semana 27 de Embarazo

Mamá:

Tus piernas estarán más susceptibles a los calambres, ya que has aumentado considerablemente de peso, y tu útero y los nervios que recorren tus piernas hacen que tu sistema circulatorio trabaje más. Éstos se harán notar generalmente por las noches, y serán más fuertes con el pasar de los meses.
Para sentirte mejor, estira los músculos de la parte trasera de los tobillos. Flexiona un poco las rodillas, y con el talón apoyado en el suelo, mueve hacia arriba los dedos de los pies. También es recomendable realizarte masajes o caminar pequeños tramos para relajarte.
Dado los cambios hormonales, tus pies y tu rostro se inflamarán. Si esto es excesivo, acude a tu doctor. En este período es usual que sufras de estrías en los senos y tu panza. También tendrás problemas para dormir, pues tu cuerpo es mucho más voluminoso. Procura alimentarte bien y no estresarte.
También sentirás contracciones, aunque no todas las mamás experimentan esta situación. Las contracciones se sienten como un retraimiento del útero, y suceden luego de la sexta semana de embarazo, no obstante, las percibirás cerca de la semana 30. Si las contracciones superan las cinco en una hora, debes consultarlo con tu médico, pues puede ser un síntoma de parto prematuro. Aunque esto no es tan preocupante, pues en la semana 27 tu hijo ya se encuentra bien desarrollado, y puede nacer sin problemas, eso sí, deberá permanecer bajo cuidados y en una incubadora.
Tu vientre crece con rapidez, y sentirás continuos dolores en la zona inferior de la espalda y en la parte trasera de la pelvis, incluso puede abarcar la zona posterior de los muslos. Esta molestia se hace presente al subir escaleras, caminar demasiado o elevar algo muy pesado. Hay ocasiones en que sentirás más dolor, como cuando estás sentada y te mueves hacia delante, ya que estás presionando tus caderas. Debes descansar lo suficiente para recuperarte.

Bebé:

Tu hijo mide 36,5 centímetros y pesa 1 kilo, aproximadamente. Ahora crece con más velocidad y casi colma la capacidad de tu útero. Algunos bebés suelen voltearse, y quedar con los pies mirando hacia arriba, así, puedes incluso reconocer en tu vientre sus manitos, trasero, o rodillas. Está más enérgico, pues su cerebro se encuentra más desarrollado.
En esta semana es reconocible el latido de su corazón con sólo poner el oído en tu guatita. Tus latidos se relacionan mucho con los suyos, por lo que tus emociones también lo afectan. Es primordial que mantengas una vida sana, para no generar inconvenientes posteriores en tu bebé.
En esta etapa ya posee un horario regular de sueño, puede abrir y cerrar sus ojos, y suele succionar su dedo. Ya se mueve con libertad, y se hace notar, incluso presenta hipo, aunque este no genera ruido, pues no tiene aire en sus pulmones. El hipo aparece por momentos cortos, y a tu hijo no le incomoda.
Sus pulmones es lo último en constituirse, ahora consigue el oxígeno de tu placenta por medio del cordón umbilical, además de lo que ingiere en la bolsa amniótica. No obstante, los músculos de su pecho ya ensayan los ejercicios de respiración, usando el diafragma y sus pulmones.

Tips:

Es de suma importancia que mantengas una alimentación equilibrada, ya que el aumento excesivo de peso puede no ser beneficioso para ti y tu bebé. Tu pareja toma un papel muy importante en esta tarea, pues puede ayudarte a controlar esos antojos, tan frecuentes en este período del embarazo.

 

Semana 28 de Embarazo

Mamá:

Es habitual que sientas picazón, en especial en la zona de tu vientre, ya que tu piel se está estirando. Tu bebé está más desarrollado, y tu guatita crece con más intensidad, por lo que además sufrirás dolores en la pelvis y la espalda.
Experimentarás un hormigueo en las piernas y unas ganas incontrolables por moverlas, esto se denomina síndrome de las piernas inquietas. Aunque no se han precisado sus causas, es usual que suceda en mujeres embarazadas, y como consecuencia, te será difícil poder dormir o estar sentada sin sentirte agitada.
Esta etapa es distinta para cada mamá, mientras algunas padecen un cansancio extremo y desean que todo termine pronto, otras se sienten con mayor ánimo y energía.
En el caso de que seas Rh negativo se te aplicará una inyección de 'anti-D', por si tu hijo es Rh positivo. Esto se realiza para evitar que el cuerpo de tu bebé cree anticuerpos contra los glóbulos de la sangre, y que éstos logren pasar a su torrente sanguíneo.
Asimismo, de acuerdo a tu situación, esta semana tu especialista podría solicitarte una repetición de los análisis sanguíneos para VIH o sífilis, y los cultivos que diagnostican la presencia de gonorrea y clamidia.
En este período visitarás a tu médico cada dos semanas, pues debes controlarte con más frecuencia ahora que tu bebé está pronto a nacer. Alrededor de la semana 36, es posible que acudas a controles semanalmente.

Bebé:

Tu bebé ya mide 36 centímetros de largo y pesa alrededor de 1 kilo.
Continúa creciendo y aumentando de peso. Su aspecto ya toma la forma que tendrá al nacer, pero más diminuto y menudo. En esta semana comenzará a formar una capa de grasa bajo la piel.
Sus párpados comienzan a dividirse y ya puede abrir y cerrar sus ojos, además ya posee pestañas. Aún no los abre para mirar, sino que realiza un acto reflejo, que le permitirá ver al momento de nacer.
Ya es capaz de vivir independientemente, todavía necesita que se desarrollen por completo su hígado, pulmones, y sistema inmunitario, sin embargo, si dieras a luz ahora tu hijo sería un bebé prematuro, y tendría un 65 por ciento de probabilidades de sobrevivir.
Su corteza cerebral está más desarrollada y es posible que pueda recopilar conocimiento; asimismo, sus sentidos son cada día más vivaces, y probablemente en las próximas semanas su sistema nervioso se asemejará al que tendrá al nacer. Según Investigaciones, en esta semana tu hijo ya está consciente de todo lo que le rodea.
Tu bebé ya se ha acostumbrado a tu voz, la reconoce y seguramente responderá a ella, como sucede también cuando le colocas música. Hay estudios que señalan que un bebé en el vientre puede reconocer una melodía si la escucha con frecuencia, incluso es capaz de seguir su ritmo.
Esta situación comprueba que la memoria a largo plazo está presente ya antes de venir al mundo. Las canciones tienen gran influencia en su estado anímico; los ritmos muy rápidos pueden alterarlo, mientras que los suaves lo relajan.

Tips:

Ahora las visitas prenatales son más frecuentes y es recomendable que tu pareja acuda las veces que sea posible, ya que aparte de familiarizarse con su hijo, esto constituye un espacio perfecto para que planeen juntos el tipo de parto que deseas tener.

Semana 29 de Embarazo

Mamá:

En los tres últimos meses del embarazo, tú y tu bebé engordarán en mayor medida que los meses anteriores. En el último trimestre es usual que subas cerca de cinco kilos, aumentarás medio kilo por semana, aunque esto es un promedio, y los casos son distintos en cada mamá.
Los cambios hormonales se modifican a cada semana. Es habitual que tus pies se inflamen, pero si esta situación persiste, o si tu rostro se ve afectado, es mejor que consultes con tu médico. A su vez, es posible que presentes estrías en zonas como tu vientre y tus pechos, sobretodo en esta etapa en que has aumentado más de peso.
Las molestias persisten en este período, tal vez sientas estreñimiento y acidez. El tejido muscular liso de tu cuerpo, incluso tu intestino, se relaja con la progesterona, una hormona del embarazo, lo que puede generar gases; además en tu abdomen se encuentra todo más comprimido. Estas incomodidades son más reiterativas luego de una comida muy abundante.
Como consecuencia del estreñimiento y la magnitud de tu útero, quizás sufras de hemorroides, que son venas inflamadas en el recto. Es usual padecer esta enfermedad durante el embarazo, pero por lo general, todo se normaliza luego de dar a luz.
Tu bebé está más dinámico y es fácil percibir sus movimientos, notarás que te da patadas y golpes con las manos; sin embargo, si adviertes que su actividad disminuye, es necesario que acudas a un especialista. Probablemente te solicite un registro de los movimientos de tu bebé, que de manera normal, deberían bordear los diez en una hora.

Bebé:

 

Tu bebé pesa alrededor de 1,2 kilos y mide unos 37 centímetros, aproximadamente. Ha crecido bastante, trata de adaptarse al espacio que ahora posee, y se ajusta cuando su postura le incomoda. Los músculos de sus pulmones aún se incrementan, y sus uñas y pestañas continúan creciendo. Sus glándulas suprarrenales han empezado a elaborar hormonas como andrógeno y estrógeno.
Los sentidos de tu hijo son más activos, se mueve con más soltura y ahora puede acomodarse en el espacio en que se desenvuelve. Desde esta semana, comenzará a voltearse y descansar en el cuello del útero. Tal vez sientas entre sus desplazamientos algunos golpes en las costillas, que en este período son más perceptibles.
Desde ahora el cerebro de tu bebé está tan desarrollado, que ya puede regular su temperatura corporal. Aunque aún necesita el calor de tu cuerpo antes nacer. Asimismo, su cerebro continúa incrementando células nerviosas que alcanzarán un número indefinido. Sin embargo, aunque el número es muy alto, es necesario recalcar que éstas no seguirán aumentando luego del nacimiento.
Su cabeza continúa creciendo, para acoger a su cerebro que cada día se desarrolla más, sobre todo en esta etapa, por lo que su nutrición es muy importante. Con el fin de cuidar tu alimentación y la de tu hijo, es imprescindible que consumas una dosis adecuada de vitamina C, proteínas, ácido fólico, calcio y hierro. Su esqueleto recibe diariamente cerca de 200 miligramos de calcio, algo necesario para que sus huesitos se fortalezcan.

Tips:

Es un excelente momento para comprar las cosas que te faltan para recibir a tu bebé. Si lo aplazas, es muy probable que estés demasiado gordita para disfrutar de esta experiencia.

Semana 30 de Embarazo

Mamá:

En esta etapa los cambios hormonales suelen variar cada semana. Es usual que tus pies se inflamen, pero si esto persiste, y afecta a tu rostro, visita a tu doctor. Igualmente, es común que notes estrías en tu cuerpo, en especial en zonas como tus pechos y tu vientre.
A su vez, verás que brota calostro de tus senos, esto es algo muy común, y no debes apretar para que salga más. Intenta utilizar un buen sostén, que se acomode a tu nueva figura. Es importante que converses con tu doctor sobre los cuidados que debes darle a tus pezones, y así prepararte para amamantar a tu bebé sin complicaciones.
 Posiblemente experimentes contracciones Braxton Hicks. Éstas se sienten como retraimientos del útero, y comienzan en la sexta semana del embarazo, aunque no son perceptibles hasta la semana 29 o 30. Sin embargo, aunque es normal y no todas las mamás las sufren, debes hablar con un especialista si las contracciones superan las cinco en una hora.
Tu cadera y pelvis se están ensanchando para darle cabida a tu bebé que crece rápidamente. Notarás cuado te golpee con sus pies en el diafragma y las costillas, aunque pronto se volteará y te sentirás más aliviada. Es esencial que entregues un cuidado especial a tu espalda, pues tu barriga ha crecido considerablemente, y debes mantener una postura adecuada para evitar dolencias.
Has aumentado mucho de peso, y esto está afectando tu equilibrio. Además sientes más relajadas tus articulaciones, producto de las hormonas del embarazo. Todo aquello hará que adviertas un mayor cansancio, dificultad para realizar tareas habituales, y problemas para conciliar el sueño.
Las molestias típicas del tercer trimestre, junto con los cambios hormonales, pueden causarte una desestabilidad emocional, como percibiste en los primeros meses del embarazo. También influye la ansiedad en torno al parto y la crianza de tu bebé. No obstante, esta situación no es preocupante, aunque si adviertes una tristeza o enojo persistente, es mejor que lo converses con un especialista, pues cerca del 10 por ciento de las mujeres padecen depresión en el último período de su embarazo.

El bebé:

 

Tu hijo ya pesa cerca de 1,4 kilos y mide alrededor de 39 centímetros. Su piel se nota más lisa y se ve mucho menos arrugada. Sigue engordando y acumulando capas de vermix, una grasa que regulará su temperatura corporal cuando llegue al mundo. En esta etapa, ejercita los movimientos de respiración, preparándose para su nacimiento.
Ya empieza la búsqueda de la posición final que mantendrá hasta nacer, gran parte de los bebés se ubican cabeza abajo, pero hay circunstancias que les impiden voltearse. Algunos por ejemplo, no desean hacerlo, o lo hacen muy tarde y el espacio en el útero es muy reducido; o bien, están enredados en el cordón umbilical, o éste es demasiado corto y no logran moverse con libertad. Aunque ahora se encuentra suspendido en medio litro de líquido amniótico, aproximadamente, éste disminuirá medida que tu bebé vaya creciendo.
Tu hijo puede percibir las luces fuertes que están en su exterior, y además ya diferencia la luz y la oscuridad. Cuando llegue al mundo estará con sus ojos cerrados casi todo el tiempo, pero podrá reconocer los cambios de luz que se le presenten, aunque solo podrá advertir las cosas que tiene a centímetros de su rostro.

Tips:

Esta es la semana perfecta para poner en orden tus preocupaciones y tratar de resolverlas. Tu bebé está pronto a nacer, y necesitas concentrar todas tus energías en ello, por eso, es recomendable que descanses, medites o te ejercites. Puedes consultar con tu médico un plan de ejercicios adecuados para esta etapa del embarazo.

Semana 31 de Embarazo

Mamá:

En esta etapa aumentarás alrededor de medio kilo por semana. Tus pechos ya han comenzado a formar leche, y podrás notar que bota un poco de calostro, un líquido que alimentará a tu bebé hasta que inicies la producción de leche.
Sentirás constantes contracciones, denominadas de Braxton Hicks. Éstas se sienten como un encogimiento de los músculos del útero, y son frecuentes en la segunda mitad del embarazo. Tienen una duración de 30 a 60 segundos y son discontinuas e indoloras.
Si las contracciones superan las cinco en una hora, aunque no sientas dolor, esto puede ser un indicio de parto prematuro. Tu hijo se considera prematuro hasta la semana 37 del embarazo. Es importante que pongas atención a tu flujo vaginal, ya que un aumento o un cambio en éste pueden ser preocupantes, en especial si se presenta acuoso o mucoso, o tiene rastros de sangre. En estos casos debes llamar enseguida a tu doctor.
Si percibes que tu bebé presiona demasiado hacia abajo o no se mueve como de costumbre, es necesario que visites a un especialista. Igualmente, si tienes dolor abdominal o cólicos menstruales, o si se te nubla la vista y ves borroso, debes acudir de inmediato a un centro médico.
Tu vientre está creciendo con rapidez, por lo que te será difícil conciliar el sueño, para que esto no sea un problema, intenta acomodarte utilizando almohadas o posiciones más confortables. Puede que tu respiración se vaya modificando con el pasar de las semanas, ya que tu bebé está abarcando el espacio en que se encuentran tus pulmones.
Tu hijo también está ocupando el espacio del estómago, por ello en este período es recomendable que consumas cinco o seis comidas pequeñas al día, en vez de dos o tres más abundantes.
Sentirás que tu dinamismo y estado anímico están en constante cambio. Relájate, reflexiona y realiza ejercicios, es bueno que te distraigas y dejes atrás las tensiones de esta etapa.

Bebé:

Tu bebé ya posee una cabeza más adecuada para el tamaño de su cuerpo, sus pulmones están casi desarrollados, y crece con más velocidad. Todos los días bota cerca de medio litro de orina al líquido amniótico. Se hace cada día más perceptible, podrás advertir su presión en tu estómago y diafragma, además sentirás sus pataditas en tus costillas. Para que esto sea menos molesto, eleva tus brazos, para separar tus costillas del útero.
Ahora puede mover su cabeza en todas direcciones, se desplaza con libertad, aunque le costará más desenvolverse, ya que crece rápidamente. A veces te impedirá dormir con calma, sin embargo, toda esta actividad indica que tu hijo está sano. En esta semana seguramente se volteará para quedar con sus pies hacia arriba, si no es así, lo hará pronto.
Tu bebé mide alrededor de 40,5 centímetros y pesa cerca de 1,5 kilos, y en las próximas semanas crecerá mucho más. Sus extremidades se notan más rellenas, gracias a la grasa que ha acumulado en estas últimas semanas ya toma la forma que tendrá al nacer.

Tips:

En esta semana es recomendable que planees junto a tu pareja la ruta que seguirán hacia el centro médico en que deseas tener a tu hijo. Es importante que nada quede al azar en este momento tan trascendental.


Semana 32 de Embarazo

Mamá:

Ahora que estás embarazada, el volumen de tu sangre es un 40 ó 50 por ciento mayor, pues tu cuerpo debe ocuparse también de tu hijo. A su vez, este exceso compensará la sangre que tal vez pierdas cuando des a luz.
Tus pechos ya han empezado a desarrollar leche y notarás que generan calostro, un líquido que alimentará a tu bebé hasta que comiences a producir leche. Asimismo, experimentarás contracciones de Braxton Hicks, que aunque son totalmente normales, si superan las cinco en una hora, es necesario que lo consultes con tu doctor, ya que puede ser un síntoma de parto prematuro.
Aumentarás cerca de medio kilo por semana y tu vientre se verá mucho más abultado. Como consecuencia, tendrás problemas para conciliar el sueño, además será más difícil que conserves una postura adecuada, y aún más, que mantengas un buen equilibrio. Para descansar mejor, trata de acomodarte con almohadas y usa posiciones más confortables. Quizás percibas cierta falta de aire, pues tu útero empuja hacia arriba, presionando el diafragma y el abdomen.
Tu bebé alcanza el espacio que ocupan tus pulmones, por lo que tu respiración cambiará con el pasar de las semanas. Asimismo, invade parte de la capacidad de tu estómago, por lo que es aconsejable que consumas cinco o seis comidas pequeñas al día, en vez de dos o tres más abundantes.
Si adviertes dolores de estómago, o sientes que tu bebé hace presión hacia abajo o se mueve menos de lo habitual, consúltalo con un especialista. De igual manera, si se te nubla la vista, o tienes un flujo vaginal anormal y con rastros de sangre, debes acudir de inmediato a un centro médico.
Asimismo, tus músculos abdominales se están extendiendo, el tamaño de tu útero presiona algunos nervios, y producto de las hormonas, tus ligamentos se dilatan. Este conjunto de acontecimientos produce molestias y dolencias en tu trasero y caderas. No obstante, si el dolor es muy persistente, y percibes cierto hormigueo, es mejor que llames a tu doctor.
En esta etapa te cansarás más al subir una escalera o caminar tramos muy largos, ya que has aumentado considerablemente de peso. Es necesario que descanses cuando te sientas demasiado débil, pues tu cuerpo no es el mismo de antes.

Bebé:

Tu hijo pesa entre 1,8 y 2 kilos, y mide entre 38 y 43 centímetros. Su apariencia ya se asemeja a la que tendrá al nacer, solamente requiere estar un poco más robusto antes de venir al mundo. Sin embargo, su piel es más gruesa, y si naciera ahora sus probabilidades de vida serían de un 85 por ciento.
Según estudios científicos, en la semana 32 su cerebro no se diferencia tanto del que tendrá al nacer. Aunque antes se precisaba que el desarrollo mental comenzaba al nacer, hoy se cree que los bebés ya piensan estando en el útero, y que además pueden memorizar ciertas cosas. En este período tu hijo será capaz de idear su primer recuerdo.
Sus uñas están casi formadas, por lo que, aunque suene increíble, tendrás que cortárselas al poco tiempo de venir al mundo Algunos bebés ya poseen cabello en esta fase, pero en otros casos, sólo tienen un vello muy fino.
Aunque su tamaño ya colma el espacio de tu útero, esto no significa que su actividad deba disminuir. Los bebés no bajan su dinamismo con el pasar de las semanas, y si esto ocurre es necesario que acudas inmediatamente a tu doctor.

Tips:

Si tu embarazo te ha impedido disfrutar de ciertos tragos como la champaña, puedes realizar un coctel sin alcohol en tu casa, con jugo de frutas acompañado de agua soda o una bebida Ginger.

Semana 33 de Embarazo

Mamá:

Es posible que percibas contracciones más intensas, pero si éstas no superan las cinco en una hora, considéralo algo normal. También advertirás que tus senos suturan líquido, a medida que te acercas al parto. Éste se denomina calostro y constituye el primer alimento que tendrá tu bebé, antes de que produzcas leche.
Alrededor de esta semana, algunas mujeres embarazadas sufren de síndrome del túnel carpiano, una inflamación inusual de los nervios de las muñecas. Puede que sientas dolor, hormigueo y adormecimiento en las muñecas y los dedos de las manos, producto de la retención de líquido. Para atenuar las molestias por las noches, debes evitar presionar tus manos y muñecas; mientras que por el día es recomendable usar muñequeras, o tratar de mantener las manos estiradas.
Ahora sentirás los movimientos de tu bebé con más claridad, sobre todo sus patadas. Si adviertes en este período un aumento repentino de peso, dolores de cabeza o molestias en la visión, debes consultar de inmediato con un especialista, pues esto puede ser un indicio de preeclampsia, una enfermedad sumamente peligrosa para ti y tu hijo, ya que eleva la presión arterial.
Algunos entendidos en el tema aconsejan realizarse masajes en el perineo, la zona que rodea la vagina, para evitar desgarros en el parto. Aunque suene incómodo para algunas mujeres, si deseas hacerlo, este es el momento ideal para comenzar.
Lávate las manos, y recuéstate en un sitio cómodo con las piernas separadas. Masajea el área del perineo con tus dedos, aplicando aceite de vitamina E o aceite de oliva puro. Coloca tus pulgares alrededor de 2.5 a 4 centímetros dentro de tu vagina. Presiona hacia abajo, en dirección al recto, y hacia los costados al unísono.
Sigue con este ejercicio de manera suave pero con solidez, hasta que percibas un leve hormigueo. Continúa durante dos minutos más, hasta que esta sensación comience a disiparse.
Masajea lentamente la zona baja del canal vaginal, colocando tus dedos en los costados de este conducto; tira los tejidos hacia delante, de igual manera que lo haría tu hijo durante el parto. Realiza esto por tres o cuatro minutos. Es importante hacerlo de manera suave, puesto que son tejidos muy sensibles. Durante los masajes no presiones la uretra, el área por donde sale la orina, ya que ello puede provocar infección o irritación.

Bebé:

 

Tu hijo pesa entre 2 y 2,2 kilos, y mide entre 39 y 44 centímetros. Ha crecido mucho, y ya le es difícil desplazarse con libertad en el líquido amniótico, por ello es usual que permanezca sólo en una posición, generalmente volteado, con los pies mirando hacia arriba. Se mantiene dormido casi todo el tiempo; sus pulmones están más menos desarrollados, y se preparan para la vida en el exterior.
Tu bebé ha experimentado un gran incremento de su cerebro en este período, por lo que en los últimos días su circunferencia craneal se ha acrecentado cerca de 1,25 centímetros.
Gracias a la gran cantidad de neuronas en el cerebro, ya puede escuchar, sentir y reconocer formas. Sus cinco sentidos ya están funcionando. Sus pupilas pueden advertir la luz y contraerse o dilatarse, saborea el líquido amniótico que lo alimenta, puede sentir cuando succiona su dedo, y escucha los sonidos de tu voz y tu corazón. En estos momentos no posee aire para percibir olores, pero si tuviese podría sentirlos.
De acuerdo a investigaciones, los bebés realizan Movimientos Oculares Rápidos (MOR), que presumiblemente son una señal de que están soñando. Aunque sus experiencias son casi nulas y es un misterio saber qué sueñan, esto constituye un papel significativo en relación a la estimulación y el crecimiento del cerebro.
Como ha ganado peso, el aspecto de su piel es más regular y menos arrugado. Gran parte de sus huesos se están fortaleciendo, aunque los de su cabeza aún se mantienen blandos y están separados, lo que les permitirá estrecharse al atravesar el canal vaginal durante el parto. Esta presión en ocasiones hace que los bebés nazcan con la cabeza en forma de cono, aunque es normal, y tomará un aspecto adecuado con el tiempo. No obstante, estos huesos no se unirán por completo hasta los 9 o 18 meses de vida.

Tips:

Es momento de que pienses en qué vas a usar el día en que nazca tu hijo. Debes elegir una vestimenta cómoda y agradable para este acontecimiento. Es importante definir estos detalles antes del gran día, para que todo sea más fácil para ti y tu pareja.


Semana 34 de Embarazo

Mamá:

Tu sistema nervioso y tu sistema cardiovascular se adaptan regularmente a los cambios que experimenta tu cuerpo. Sin embargo, hay veces en que esto no sucede, y ello hace que te sientas mareada. Esto puede pasarte al incorporarte muy rápido, tener poca azúcar en la sangre, sufrir de anemia severa o sentir demasiado calor.
Algunas mamás desarrollan una enfermedad denominada síndrome hipotensivo supino. Éste puede presentarse cuando te encuentras recostada de espaldas, pues ello cambia tu presión sanguínea y el ritmo de tu corazón. Puede que te sientas mareada hasta que te acomodes nuevamente.

Es posible que también adviertas algunos granitos rojos o ampollas en la panza, los que producen picazón. Estas molestias, que pueden presentarse de igual manera en tu trasero y muslos, se designan pápulas y placas pruriginosas y urticariformes del embarazo, y por lo general son inofensivas. No obstante, es necesario que le indiques esto a tu médico, pues puede relacionarse con un problema al hígado.
El nacimiento de tu hijo está cada vez más cerca, y es primordial que reconozcas los síntomas que te advertirán del comienzo del parto. Todos los nacimientos son distintos, pero existen señales pre parto comunes, como las contracciones regulares, que sentirás en lapsus de tiempo cada vez más cortos; la ruptura del saco amniótico o la pérdida de un flujo mucoso manchado de sangre; y los dolores de tipo menstrual junto a las molestias en la región lumbar. Todo ello es un indicio de la dilatación del cuello del útero.
Aún así, la presencia de estos síntomas no significa inapelablemente que haya empezado el parto. Es posible que percibas estas evidencias días o semanas antes del nacimiento de tu bebé, pero es tu doctor quien estimará que ha llegado tu momento de dar a luz. Por ello debes llamarlo inmediatamente si sientes cualquiera de estas señales.
Debido a todos los cambios que tu cuerpo ha experimentado, es normal que en esta fase te sientas cansada. Procura relajarte y prepararte para el día del parto. Si debes estar mucho tiempo de pie, es aconsejable que uses una faja que te ayude a sostener y repartir de mejor manera el peso de tu vientre.
En Chile, en esta semana comienza el período prenatal, que corresponde a 42 días previos al parto, el cual concluye a las 40 semanas de embarazo. De esta manera, si te encuentras trabajando, podrás disfrutar los últimos días de embarazo en casa.

Bebé:

Tu bebé pesa alrededor de 2 kilos, y mide entre 40 y 45 centímetros. Ya ha desarrollado casi todos sus sistemas, a excepción de los pulmones. Continúa subiendo de peso y almacenando grasa. Sus órganos se aprontan para la vida en el exterior. Sus riñones producen orina, y su cerebro se incrementa con velocidad, aumentando considerablemente la cantidad de tejido cerebral, lo cual continuará después de nacer. En esta semana, las conexiones cerebrales aumentan a un ritmo increíble, y la cabeza de tu bebé crece con ellas.
Tu hijo responde cada vez con más vigor a los estímulos que lo rodean. Aunque pasa gran parte del tiempo durmiendo, está muy alerta a su entorno, y cualquier cosa que le impida dormir puede afectarle, sobretodo si esto es reiterativo. Es necesario que comprendas que tu embarazo es muy relevante, y que tu bebé asume tu ritmo de vida.
Si te preocupaba tener un parto prematuro, ya puedes calmarte, pues el 99 por ciento de los bebés que nacen en esta semana logran sobrevivir, y casi ninguno presenta problemas por ser prematuro.

Tips:

Es recomendable que acudas a clases prenatales de respiración y relajación, así podrás prepararte para el parto, y aprenderás a mantener la calma y manejar las contracciones. Además será de gran ayuda en lo que te resta de embarazo, ya que podrás afrontar con confianza los dolores típicos de tu estado.


Semana 35 de Embarazo

Mamá:

En esta semana continuarás experimentando cambios en tu cuerpo, por ejemplo, notarás que tu ombligo sobresale de tu guatita, dado el exceso de peso que conlleva el embarazo. Percibirás una gran presión sobre la vejiga, por la magnitud de tu bebé, y como consecuencia, tendrás que orinar reiteradas veces. El cuello del útero, llamado cerviz, comienza a dilatarse, disponiéndose para el parto.
Tu útero ha aumentado unas 15 veces su tamaño inicial, y ya alcanza la parte baja de tus costillas. Ahora presiona tus órganos internos, y te provoca acidez y problemas digestivos, molestias reiterativas en la mayoría de las mamás.
Es posible que en esta semana tu hijo trate de encajarse, o sea, proceda a tomar la posición fetal. Así, colocará su cabeza en la zona baja de la pelvis y se apoyará en el cuello del útero. No obstante, si todavía no adopta esta posición no debes preocuparte, pues aunque su espacio en el útero es más reducido, en este período aún logra voltearse.
El líquido amniótico ha disminuido, y al contrario, el tamaño de tu bebé ha aumentado de manera extraordinaria. Es normal que sufras de inflamación en tus tobillos y pies, no tienes que alarmarte. Intenta descansar lo que más puedas, y coloca tus pies en alto para aliviar las molestias.
Debes estar muy atenta a las señales que te indicarán que ya darás a luz. Por ejemplo, perderás sangre roja brillante, romperás la bolsa, y sentirás contracciones mucho más intensas y regulares, las cuales no cesarán aunque tomes otra posición.
En esta etapa es probable que vayas a tus controles médicos semanalmente. Puede que tu especialista te solicite un registro de los movimientos de tu hijo, para así controlar su nivel de actividad. Asimismo, entre las semanas 35 y 37, te pedirá que te realices un examen para verificar las bacterias que hay en tu zona vaginal, y descartar, de este modo, la existencia del estreptococo del grupo B. Esta prueba no es dolorosa, y se efectúa pasando una especie de cotón por la vagina y el recto.
El estreptococo del grupo B es casi inofensivo en adultos, pero si llegaras a portarlo y se lo contagias a tu hijo en el parto, puedes provocarle complicaciones como meningitis, neumonía, o una infección en la sangre. Es primordial que te realices este examen, pues entre el 10 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas poseen esta bacteria y no lo saben. La prueba se realiza en esta fase, ya que las bacterias aparecen y desaparecen por sí solas. Si llegaras a tenerla te aplicarán antibióticos intravenosos durante el parto, lo que disminuirá el peligro de contagio en un 70 por ciento.
Con el pasar de los meses te irás sintiendo más ligada a tu bebé, y comprenderás mejor los cuidados que debes darle durante el embarazo. Esta unión se incrementará aún más luego de que tu hijo nazca, y a medida que vaya creciendo. La venida de tu bebé está cada día más cerca, por ello tienes que ajustar todos los detalles antes del nacimiento, ya que luego no tendrás el tiempo con el que cuentas hoy.

Bebé:

Tu hijo sube velozmente de peso, entre 250 y 350 gramos por semana. Su piel está más tersa y empieza a botar el lanugo. Ya diferencia la luz de la oscuridad, y sus pupilas ya logran contraerse y dilatarse como respuesta a la luz.
El espacio en tu útero se ha reducido y tu bebé se acomoda dentro de sus posibilidades, ya no se desenvuelve con la misma soltura de antes. No obstante, esto no implica que se mueva menos, pues tiene que continuar dándote pataditas de igual manera que antes. Si su actividad llegara a alterarse, consúltalo enseguida con tu doctor.
Ya tienes ocho meses de embarazo, y tu hijo pesa entre 2,4 y 2,7 kilos, y mide unos 46 centímetros. Está más robusto y su apariencia se asemeja a la que tendrá al nacer. Su cabeza y cerebro ya poseen su tamaño ideal, y ahora tu bebé genera 100 billones de neuronas con 100 trillones de conexiones, las que lo acompañarán en toda su vida.
Si dieras a luz ahora, tu hijo podría sobrevivir sin complicaciones. Sin embargo, mientras más tiempo permanezca en tu vientre, mayor será su desarrollo y estará más sano y fuerte cuando venga al mundo. Sus riñones ya se han desarrollado y su hígado comienza a trabajar. Gran parte de su físico alcanza su incremento total, por ello ahora sólo se preocupará de subir más de peso.
En la etapa final del embarazo, tu cuerpo le traspasará a tu bebé inmunidad temporal contra enfermedades infantiles como el sarampión y las paperas. Esto le permitirá permanecer protegido hasta que le apliques sus primeras vacunas.

Tips:

Si tu pareja aún no disfruta de las pataditas de tu hijo, este es el momento ideal para compartir esta experiencia, deja que coloque su mano en tu vientre mientras tu bebé revolotea en tu interior.


Semana 36 de Embarazo

Mamá:

En este período ya habrás subido unos 12 ó 13 kilos, y es posible que en lo que resta de tu embarazo aumentes un kilo más, aunque esto es variable, pues no todas las mamás engordan en esta fase. Sentirás menos apetito ahora que tu hijo ha crecido, ya que presiona más tus órganos internos. Es recomendable que consumas pequeñas porciones de comida, varias veces al día.
Tu útero aprieta con más intensidad tu vejiga, y sentirás muchos deseos de orinar. Asimismo, te será más difícil respirar, ya que tu útero ha aumentado unas 15 veces su tamaño inicial, y al ubicarse bajo las costillas, oprime tus pulmones.
Es posible que tu bebé encaje su cabeza en la pelvis, disminuyendo tu sensación de acidez y de ahogo. Este acontecimiento, denominado encajamiento, sucede antes del parto, y puede que aumente la presión en la zona inferior del vientre, lo que te dificultará el poder caminar. La incomodidad hace que algunas mamás piensen que el bebé se va a caer, pero esto no sucederá, ya que sólo se está acomodando para venir al mundo.
Las contracciones de Braxton Hicks se presentarán ahora con más frecuencia. Si adviertes que éstas son cada cinco minutos, es necesario que llames a tu doctor de inmediato. De igual manera, si notas que la actividad de tu bebé ha disminuido, o tienes hemorragia vaginal, fiebre, dolores de cabeza, dolor abdominal, cambios en la visión, o goteas líquido amniótico, es primordial que acudas enseguida a un centro médico.
Probablemente sufras de inflamaciones por el exceso de líquido. Para aliviar estas molestias es aconsejable que reposes el tiempo que sea conveniente, colocando tus pies en alto o recostándote sobre tu lado izquierdo. Dichas posturas restablecen la circulación sanguínea, desplazan el líquido que se acumula en tus extremidades.
Es importante que comprendas que el tomar mucho líquido no influye en estas molestias, al contrario, esto favorece el movimiento intestinal y la eliminación de los residuos por medio de los riñones, además conserva el volumen de la sangre.
Es muy común que en la última etapa de tu embarazo suelas olvidar las cosas. Estarás más distraída y despistada, pues tu preocupación hoy se centra en los cambios que pronto experimentará tu vida. Asimismo, la falta de sueño, contribuye a este sentimiento de distracción.
Trata de descansar lo más posible, ya que después de que tu hijo nazca, puede que no duermas más de cuatro horas diarias. Procura tener bien preparadas tus cosas para ir al hospital, chequea todo antes del gran día. Estas últimas semanas te pondrán más ansiosa, ya que tu hijo se apronta a nacer, además percibirás más cansancio que antes, pues tu peso es mucho mayor.

Bebé:

Tu bebé mide entre 40 y 48 centímetros, y pesa entre 2,6 y 3 kilos. Ha aumentado mucho de tamaño y ya no se mueve con la misma libertad de antes, pues el espacio en tu útero se ha reducido. Su carita se ve más rosada, y de un momento a otro descenderá a la pelvis, lo que aliviará la presión que ahora sientes y permitirá que tu respiración se normalice.
Está botando de a poco el vello que lo cubría. Asimismo, está eliminando lentamente la sustancia grasosa que envolvía su piel, denominada vernix caseosa, y que lo acompañó mientras flotaba en el líquido amniótico.
Luego de nacer notarás que tiene los pañales manchados con un elemento oscuro, llamado meconio. Éste está formado por todo lo que tu hijo ingiere antes de nacer, como el líquido amniótico, la vernix caseosa, su vello, y otras secreciones. Estos desechos tienen un aspecto negro o verde muy oscuro, y constituyen lo primero que tu hijo eliminará al venir al mundo.
Tu bebé se ve mucho más robusto, pues ha acumulado más grasa, y al término de esta semana ya estará desarrollado por completo. Si naciera antes de la semana 37 se estimaría prematuro; pero desde la semana 37 a la 42, se considera a término.
Es posible que tu hijo ya haya tomado la posición que tendrá al nacer, con los pies mirando hacia arriba. No obstante, si aún no se voltea en la semana 37, es probable que tu doctor te recomiende realizar una versión cefálica exterior. En este procedimiento intentará rotar desde la parte externa de tu vientre a tu bebé, para que adopte la posición que debe tener al nacer.

Tips:

Esta es una ocasión perfecta para que te pongas de acuerdo con tu médico sobre cómo te comunicarás con él cuando llegue el momento de dar a luz. Si estás muy nerviosa por lo cercano del nacimiento de tu hijo, puedes conversar con otras mamás para que conozcas sus experiencias acerca del parto. Es esencial que estés tranquila y confiada en esta última fase.


Semana 37 de Embarazo

Mamá:

Ya estás en la semana 37 de tu embarazo y continuas experimentando cambios. Como un dato curioso, notarás sobresalir tu ombligo, producto del excesivo tamaño que hoy alcanza tu vientre.
Sentirás frecuentes contracciones de Braxton Hicks, las que seguramente serán más duraderas y más perceptibles. Si son muy sucesivas podrías pensar que ya se avecina el nacimiento de tu hijo. Es posible que también notes más flujo vaginal que antes.
Si percibes una sustancia mucosa y con rastros de sangre, puede que estés botando el tapón mucoso que sella el útero, y que impide la amenaza de infecciones y bacterias. Ello significa que el parto está muy pronto a iniciarse, por lo que debes comunicarte enseguida con tu médico.
Tu hijo comienza su etapa de encajamiento, o sea, se coloca en posición fetal, con el cabeza en la zona baja de la pelvis, apoyado en el cuello del útero. Ha subido mucho de peso y percibirás que efectúa presión sobre tu vejiga. Seguramente sentirás más deseos de orinar. El cuello del útero, denominado cérvix, se dilatará predisponiéndose para el parto.
 Existen muchos síntomas que te advertirán de que darás a luz, por ello debes estar muy pendiente, pues es muy bajo el porcentaje de bebés que nacen en la fecha pronosticada. Notarás que pierdes sangre bien roja, romperás la bolsa, o tendrás contracciones más intensas y persistentes, que sentirás aunque cambies de posición. Recuerda consultar con tu doctor si adviertes cualquiera de estas señales pre parto.
En esta fase es común que percibas cierta inflamación en tus pies y tobillos, aunque es algo normal, y para aliviarte puedes colocar tus pies en alto y reposar el tiempo que estimes conveniente. Recuerda tener todo preparado para el día del parto, no dejes nada al azar en este momento tan importante.
Es posible que te sientas más agotada y poco cómoda, y te cueste conciliar el sueño. De acuerdo a investigaciones, es en este trimestre cuando más problemas tendrás para dormir.

Bebé:

Tu bebé mide cerca de 50 centímetros, y pesa entre 2,7 y 3 kilogramos. En esta semana su cerebro y cráneo seguirán creciendo. Y aunque durante esta fase no subirá tanto de peso, es importante considerar que acumulará 15 gramos de grasa diaria, lo que le permitirá regular mejor su temperatura, y mantener un nivel de azúcar apropiado.
Notarás que ahora realiza movimientos más tenues, en especial si ya se encuentra en posición fetal, pues el espacio en tu útero es más reducido. Es posible que sólo adviertas golpes de brazos y piernas.
Si llegaras a dar a luz ahora, tu hijo tendría altas probabilidades de sobrevivencia. Desde esta semana se le considera de término, lo que implica que ya está en condiciones de venir al mundo. Seguramente ya está con los pies hacia arriba y mirando hacia atrás, dispuesto a nacer.
Tu doctor te indicará mediante una ecografía si tu hijo está en una posición inadecuada para el parto, con la cabeza hacia delante o sin voltearse aún, y te dirá si es necesario realizar una cesárea para evitar algún peligro.

Tips:

En esta etapa es probable que te invada un instinto maternal incontrolable, y te pongas a ordenar y limpiar todo lo que tienes guardado para la llegada de tu hijo. Esto es normal, y responde a las ansias típicas de estas últimas semanas.

 


Semana 38 de Embarazo

Mamá:

Las contracciones de Braxton Hicks suelen ser más intensas en este período, y puede que pienses que son las reales. Sin embargo, las contracciones que sentirás en la labor de parto son mucho más fuertes. Es posible que percibas tus articulaciones algo rígidas; además te incomodará la pelvis, por la presión que provoca la cabeza de tu bebé, ahora que se ha volteado.
Tu hijo toma la posición fetal, denominada encajamiento. Coloca su cabeza en la zona baja de la pelvis, y se apoya en el cuello del útero. Su peso es mucho más notorio, y sentirás como oprime tu vejiga, lo que te hará orinar de manera más reiterativa. El cuello del útero, llamado cerviz, se dilata, preparándose para el día en que des a luz.
Tu abdomen se notará mucho más abultado cuando tu bebé se gire y estire sus extremidades. Es posible que en esta fase tus molestias se acrecienten. Además, y como dato curioso, notarás sobresalir tu ombligo, producto del tamaño que hoy posee tu vientre.
Es usual que en este período sufras de inflamación en tus pies y tobillos. Para aliviar estas incomodidades es aconsejable que coloques tus pies en alto, y descanses por prolongados lapsus de tiempo.
Asimismo, puede que experimentes hinchazón en las piernas, pero si esto afecta tus manos o rostro, y subes repentinamente de peso, o tienes fuertes dolores de cabeza, dolor en el abdomen o visión borrosa, comunícate enseguida con tu doctor, pues ello puede indicar la presencia de preeclampsia, una enfermedad muy peligrosa para ti y tu hijo.
Es posible que sientas que el tiempo no transcurre nunca, y que el día del parto se ve muy lejano. Relájate y procura descansar todo lo que puedas, ya que luego de que des a luz no podrás hacerlo. Prepara todos los detalles del cuarto del bebé, e intenta tener todo listo para tu estadía en el hospital. Recuerda estar alerta a los síntomas que anunciarán el nacimiento de tu hijo.

Bebé:

Los desechos que tu bebé ha acumulado en los intestinos se denominan meconio, y corresponden al líquido amniótico y otras secreciones que ha tragado mientras permanece en el útero. El meconio es un elemento pegajoso de aspecto negruzco, y será lo primero que tu hijo elimine al nacer.
Tu bebé pesa entre 2,8 y 3,4 kilogramos, y mide entre 43 y 50 centímetros. Sus órganos ya se encuentran totalmente desarrollados y en su sitio definitivo. Sus pulmones y su cerebro trabajarían sin problema si dieras a luz ahora, no obstante, éstos seguirán madurando durante todo su crecimiento. Es prácticamente impredecible el momento en que lo traerás al mundo. Sólo el cinco por ciento de los niños nacen en la fecha dispuesta, el número restante se atrasa o adelanta.
Es importante que ahora estés alerta a los síntomas que te advertirán de la llegada de tu bebé. Romper fuente o sentir contracciones frecuentes pueden ser señales de que te encuentras en labor de parto. En las últimas semanas has percibido las contracciones con más intensidad, pero con discontinuidad. Si éstas alcanzan las cinco en una hora, es momento de que llames a tu médico.
Aún es un misterio qué es con precisión lo que produce el parto. Sin embargo, hay señales que vienen de los pulmones del bebé y de tu placenta. Cuando sus pulmones ya se encuentran desarrollados, secretan una proteína al líquido amniótico que modifica la producción hormonal. De este modo, la placenta aminora la emanación de progesterona e impulsa la elaboración de la hormona oxitocina.
La oxitocina dispone las contracciones del útero y señala si ocurrirá el parto. Asimismo, tiene como misión aislar tus recuerdos y ayudarte a olvidar los dolores, para que así te sientas más conectada a tu hijo.

Tips:

Es esencial que determines si tu pareja te acompañará en el parto. Ésta será una experiencia inolvidable para él, y en caso de que se hayan preparado juntos, podrá servir de apoyo en tu labor de parto, con ejercicios de respiración y masajes.


 

Semana 39 de Embarazo

Mamá:

Es posible que en este período sufras la rotura de la bolsa. Algunas mamás sienten una caída de agua muy intensa, mientras otras sólo advierten un chorrito menor. Si percibes estos síntomas, o tienes contracciones regulares, debes llamar enseguida a tu médico.
Como dato importante, sólo el 15 por ciento de las mamás rompen el saco amniótico justo antes de comenzar el parto. No obstante, si esto sucede debes llamar enseguida a tu doctor, y debes mantener la calma, pues aún podrían pasar horas hasta que percibas la primera contracción.
Si percibes un flujo vaginal mucoso y con rastros de sangre, es posible que estés eliminando el tapón que sella el cuello del útero, y que protege a tu hijo de posibles infecciones. El parto comenzará uno o dos días luego de que botes este tapón.
Las pérdidas importantes de sangre y las contracciones regulares, también corresponden a señales pre parto. Cuando tus contracciones se extiendan por un minuto, cada cinco minutos en una hora, es momento de que llames a tu médico. Recuerda que el intervalo entre contracciones se cuenta desde el comienzo de una hasta el comienzo de la otra.
Hay distintos fármacos para aliviar los dolores de parto, ya sea para mitigar una parte, o bien, para acabar con las molestias completamente. Asesórate con un especialista acerca de las alternativas existentes.
Tu doctor te realizará un examen abdominal para verificar el tamaño y la posición de tu hijo. De igual modo, puede que te haga una prueba interna para ver si el cuello del útero ha comenzado a afinarse, o a dilatarse. Si luego de esta semana tu bebé aún no desea venir al mundo, no te aflijas, pues sólo el cinco por ciento de los niños nacen en la fecha pronosticada.

Si te excedes del día previsto para el parto, pasadas las 40 semanas, es probable que tu médico te realice un ultrasonido para comprobar si es recomendable seguir con el embarazo. En tanto, puede que proceda a inducir el parto, si éste se retrasa en una o dos semanas la fecha estimada.
En esta fase puede que sufras de inflamación en tus pies y tobillos, pero es un síntoma normal. Intenta aliviar esta incomodidad colocando tus pies en alto, y descansando el tiempo que estimes necesario. Recuerda alistar todos los detalles para tu estadía en el hospital.

Bebé:

Tu bebé ya está preparado para nacer, el día tan soñado está pronto a llegar. Ya ha eliminado el lanugo, aunque puede que notes rastros de éste en su frente y espalda. Sus ojos cambiarán su color original hasta seis meses después de nacer.
Tu hijo mide entre 45 y 52 centímetros y pesa entre 2,9 y 3,6 kilogramos. Continua acumulando grasa para así regular su temperatura al nacer. Por lo general, los niñitos tienden a pesar un poco más que las niñitas.
Sus órganos están desarrollados por completo, y ahora que ya está más gordito, su piel se nota más tersa y con menos arrugas y pliegues. Aunque su espacio en el vientre es mucho menor sigue muy activo, se mueve en la medida que el espacio se lo permite, y se mantendrá así hasta el día que venga al mundo. Si su dinamismo es menor, consúltalo enseguida con tu doctor.
En este período tu bebé consume líquido amniótico y comienza a juntarlo como un material de desecho llamado meconio. El meconio, una sustancia negruzca y pegajosa, corresponde a lo primero que tu hijo eliminará después de nacer.
El cordón umbilical, que trasladaba los nutrientes de la placenta a tu hijo mide ahora cerca 50 centímetros de largo y 1,3 centímetros de ancho. Como el espacio en el útero es más reducido, es usual que se enrolle alrededor del bebé, aunque es muy flexible y no causa mayores complicaciones. Sin embargo, hay niños que nacen con el cordón umbilical abrazando su cuello, pero es fácil cortarlo, pues desde la semana 35 los partos son menos complejos.
Aún no se conoce con exactitud qué hace que comience el parto, aunque sí se entiende que los pulmones de tu hijo y tu placenta tienen mucho que ver. Cuando los pulmones están desarrollados, secretan una proteína al líquido amniótico que cambia la producción hormonal. Producto de aquello, la placenta baja su emanación de progesterona e impulsa la producción de oxitocina.
La oxitocina regula las contracciones del útero y señala si ocurrirá el parto. Igualmente, aísla tus recuerdos y te ayuda a evadir el dolor, fomentando así la unión entre tú y tu bebé.

Tips:

Si todavía no tienes nociones de cómo cambiar un pañal, es momento de que lo averigües. Es primordial que tú y tu pareja conozcan los cuidados básicos que le darán a su hijo, como cambiar un pañal, bañarlo o hacerlo dormir.





Semana 40 de Embarazo

Mamá:

El cuello del útero estará más flexible y aprontándose para el parto, mientras tu vientre comienza a descender. Podrás notar que las contracciones se presentan con más fuerza, aunque no debes equivocarte, pues las reales suelen ser mucho más homogéneas. Para no confundirlas tienes tomar nota del momento en que empieza cada una, y por cuánto se entienden. Las contracciones van aumentando en intensidad y frecuencia, y se prolongan por 30 ó 60 segundos.
Para que estés más preparada para el gran día es necesario que tengas presente las señales que te indicarán que el parto se avecina. Si pierdes sangre roja, rompes bolsa o adviertes contracciones regulares y potentes, que no se alivian aunque cambies de posición, es primordial que te comuniques enseguida con tu doctor, pues posiblemente te encuentre en labor de parto.
Tu bebé ya se encuentra en posición fetal y se dispone a salir. Su peso es mucho mayor y sentirás cómo presiona tu vejiga, lo que seguramente te producirá reiteradas ganas de orinar.
En esta semana tu cuerpo ya ha experimentado innumerables cambios. Tu vientre ha crecido de manera extraordinaria, tus pechos son más grandes y tu ombligo sobresale de tu panza. Percibirás tu piel más tensa y con picazón, sobretodo en tu vientre, pues su dimensión es ahora mayor. Notarás además que tus pies y tobillos están inflamados, aunque es algo normal. Para aliviar estas molestias, coloca tus pies en alto y descansa el tiempo que estimes necesario.
Reposa y toma las cosas con calma, es esencial que en estos últimos días descanses y te prepares para todo lo que conlleva el parto, que cada día está más cerca.

Bebé:

A partir de ahora, tu bebé puede nacer en cualquier instante. Sin embargo, si no nace dentro de la semana 40 de embarazo, no tienes que afligirte, pues sólo el cinco por ciento de los niños nacen en la fecha estimada.
Si tu hijo está de término, ya posee el tamaño adecuado, y se encuentra preparado para venir al mundo. Gran parte de la sustancia grasosa que lo cubría, denominada vermix, se ha disipado, aunque es posible que aún posea restos, en especial en sus pliegues. Asimismo, ya tiene pelo y uñas algo largas, incluso podría haberse arañado.
Tu bebé mide entre 48 y 53 centímetros, y pesa entre 3 y 4,5 kilogramos. Tus citas al médico serán más constantes, pues es necesario garantizar que no exista ningún inconveniente. De todos modos, pregunta sobre la frecuencia que deberían tener tus controles pre natales.
Aún es un misterio qué inicia el parto. No obstante, se sabe que los pulmones del bebé y tu placenta tienen mucho que ver en aquello. Cuando los pulmones están desarrollados, secretan una proteína al líquido amniótico que cambia la producción hormonal. Así, la placenta reduce la emanación de progesterona e impulsa la producción de oxitocina.
La oxitocina regula las contracciones del útero y señala si ocurrirá el parto. De igual manera, aísla tus recuerdos y te ayuda a evadir el dolor, para así fomentar la unión entre tú y tu hijo. En este período ya puedes ver nacer a tu bebé en cualquier momento, por lo que es esencial que tengas todo preparado para el gran día.

Tips:

En esta semana procura relajarte y darte pequeños gustos. Puedes ir a la peluquería, hacerte una manicure, o bien, acudir a algunas sesiones de masajes. Dile a tu pareja que te regalonee harto, pues debes estar tranquila y disfrutar tus últimos momentos de soledad, antes de que nazca tu hijo.
feto de 40 semanas

Ofertas en mi Tienda OnLine